Los Doce Tesoros de España es una lista elegida por oyentes y espectadores de dos emisoras de radio y televisión españolas. En seis episodios repasaremos estas principales elecciones. Al final de cada parte, hacemos referencia a una de las seis elecciones sobre las que ya escribimos en este blog.
Que la catedral de Santiago de Compostela aparezca en la lista de los doce tesoros más importantes de España sorprenderá a pocos. Elegida como número 8. Pero además del innegable esplendor de la catedral, la ruta de peregrinación internacionalmente legendaria hacia la ciudad en Galicia quizá haya contribuido aún más a ese reconocimiento. Tanto para la catedral como para la peregrinación, la tumba del apóstol Santiago es la razón número uno para visitar Santiago de Compostela. Según la leyenda, el cuerpo decapitado del apóstol llegó allí en barco desde Jerusalén. Allí había sido asesinado. En la costa gallega fue enterrado cerca del monte Libredón. En ese lugar se construyó la catedral sobre los restos de una iglesia anterior del año 800. Las obras comenzaron en 1077. La importancia del apóstol reside además en que habría introducido el cristianismo en la península ibérica.
La construcción de la catedral (97 metros de largo y 22 metros de alto) tomó naturalmente bastante tiempo. Eso también explica por qué se encuentran tantas ideas arquitectónicas diferentes en la catedral. A los interesados les sorprenderá cómo todas esas visiones diferentes llevaron a un producto final tan magnífico. Los entendidos podrán distinguir los siguientes estilos: románico, barroco, neoclásico y gótico.
Una atracción importante es el Botafumeiro, el incensario más grande del mundo. De metro y medio de alto y 53 kilos de peso, el gigantesco incensario solo se utiliza en las festividades más solemnes del calendario religioso. Multitudes se congregan para ver cómo es balanceado con enormes cuerdas a través del crucero de la catedral.
Las peregrinaciones a Santiago de Compostela no siguen en realidad una sola ruta. Es más bien una red de caminos que los peregrinos pueden seguir. La más popular es la llamada Ruta Francesa, que tiene casi 800 kilómetros de longitud. La mayoría de los caminantes tardan alrededor de un mes en recorrerla.
Las razones para hacer el camino han cambiado bastante en las últimas décadas. Comenzó casi por motivos puramente religiosos. Pero cada vez más caminantes lo emprenden por el desafío físico, o como una forma de reflexión espiritual.
Anteriormente en este blog escribimos sobre el número 10 de la lista, la Sagrada Familia en Barcelona. Véalo aquí.