El término siesta significa la sexta hora, lo que equivale a seis horas después del amanecer. El hecho de que la siesta siga siendo común en España, sobre todo durante los meses de verano, se debe a dos factores principales: las altas temperaturas que agotan la energía y el hecho de que la comida del mediodía es la comida más importante y abundante del día. Recuperarse y “digerir” estas dos cosas con una breve siesta después del almuerzo también es recomendado por los médicos. Estudios médicos han demostrado que las “power naps” de unos treinta minutos reducen el riesgo de un ataque al corazón.
Para los visitantes de España, la siesta puede resultar a veces incómoda. La paralización de todas las actividades entre las 14:00 y las 17:00 (el horario más común para la comida larga y la siesta) y, especialmente, el cierre de tiendas, puede ser frustrante para la planificación diaria de los turistas.
La buena noticia es que la siesta ya no es una práctica generalizada en España. Especialmente en las zonas turísticas, las empresas comprenden que las largas pausas por la tarde afectan negativamente a los ingresos. Cada vez más, las siestas son la excepción y no la regla. Lo mismo ocurre en áreas urbanas, donde la duración de la pausa del almuerzo se asemeja cada vez más a la de países como los Países Bajos.
Para el amplio sector agrícola, esto no es así. Para los trabajadores del campo, un largo descanso durante la parte más calurosa del día no es un lujo, sino una necesidad. Por eso tiene sentido que la siesta se originara allí y todavía sea practicada por muchas personas.
Tras la Guerra Civil Española, se produjo un auge de personas que tomaban la siesta de tres horas. La economía del país era tan mala que muchas personas tenían dos trabajos para sobrevivir. La siesta era ideal para descansar y desplazarse al segundo empleo.
Aunque los españoles aceptan que la siesta pierde cada vez más terreno, también hay una resistencia cautelosa a esta tendencia. En 2015, la localidad de Ador en Valencia saltó a los medios internacionales con una iniciativa para promover la siesta para todos los habitantes del pueblo agrícola. El alcalde pidió a toda la comunidad que permaneciera en casa y guardara silencio entre las 14:00 y las 17:00. Un policía anunciaba la siesta todos los días por megafonía media hora antes.