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Las buenas noticias llegaron inesperadamente en junio. El impulso de apareamiento en la colonia de flamencos en el lago salado de Torrevieja había llegado a un punto de ebullición. Más de 600 descendientes fueron el resultado. El encierro que tanto odiamos fue un regalo del cielo para ellos. Menos tráfico y menos contaminación crearon condiciones casi ideales para la reproducción. Casi, porque también se necesita suficiente lluvia y, por lo tanto, más comida para una explosión de nacimiento. Y efectivamente: llegó la lluvia. Si a eso le sumamos que los flamencos tienen cierta mentalidad de manada (todos se aparean o ninguno de los animales muestra interés), es un hecho este fenómeno natural no registrado anteriormente en Torrevieja.
Es importante que ofrezca esperanza para el futuro. Los flamencos prefieren volver al mismo lugar todos los años para reproducirse. No se pueden esperar milagros por el momento de los 600 recién llegados. Solo pueden dar a luz a su propia descendencia después de unos seis años. Así que depende de los flamencos ahora adultos repetir la hazaña de 2020 el próximo año. Si bien es de esperar que eso también sea posible sin más encierros, ciertamente se permite un poco de lluvia (y, por lo tanto, mucha comida) para nuestros amigos de piernas largas.
