Me quedé impactado. La primera vez, hace mucho tiempo, mientras paseaba por las famosas Ramblas de Barcelona, me detuve frente a una estatua de aspecto extraño y me pareció ver un leve abrir y cerrar de ojos. Culpé de esa alucinación al consumo excesivo de vino de la noche anterior. Un poco más adelante, ante otra estatua con alas de todas las cosas, cayó la moneda. No se trataba de esculturas imaginativas de un artista con sentido del absurdo y buenas dosis de humor. No, se trataba de personas reales que querían crear la ilusión de una estatua hasta el más mínimo detalle. Desde entonces siempre he mirado estas bellas expresiones de arte vivo con aprecio, asombro y una leve sonrisa.
Ahora estoy de regreso en la ciudad de Gaudí y de los notables y súper creativos artistas callejeros. Cerca veo a un hombre y una mujer mirando con admiración una de las muchas estatuas en el largo paseo de las Ramblas. De repente retrocede un metro. Mira confundido a su compañero, suspira profundamente y dice con un ligero temblor en la voz: Me quedé en shock. Tengo que sonreír de nuevo mientras escribo esto. Saludos Jolanda.