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Hola, soy Frieda Flamingo. La mascota de Van Dam Estates. He suplicado para que en lugar de eso me llamen embajadora. Me suena mucho más importante. Desafortunadamente, los jefes pensaron que era demasiado de lo bueno. Pero basta ya de quejarse. Esta vez me han pedido que revolotee hacia un lugar donde muchas cosas típicamente españolas tengan un papel principal. Las encontré en Jerez. Porque difícilmente puede haber algo más español que una ciudad donde la música flamenca, el jerez y los caballos andaluces son las principales atracciones turísticas.
Al aterrizar en este pequeño pueblo, a unos 90 kilómetros al sur de Sevilla, lo primero que llama la atención es la atmósfera aristocrática que reina. Con orígenes en la época mora, las casas antiguas, las amplias calles bordeadas de jacarandas y las hermosas plazas rodeadas de palmeras transmiten una sensación de tranquilidad. El fuerte moro del siglo XI y la magnífica catedral refuerzan aún más esa sensación. Pero yo he venido aquí por las “Tres Grandes”.
Los amantes del famoso jerez y brandy de Jerez no tienen que ir muy lejos para visitar las numerosas bodegas. En el centro hay una gran variedad de fabricantes de jerez que pueden ser visitados acompañados por un guía. Una visita a la “cocina” termina siempre con una cata de las diferentes variedades de esta bebida tan popular.
De vuelta junto a la catedral se encuentra el barrio donde todo gira en torno a la música flamenca. Los visitantes pueden dar rienda suelta a su pasión por esta forma de música y danza de varias maneras. Por supuesto, hay multitud de actuaciones, pero quienes quieran profundizar pueden aprender mucho sobre flamenco. Finalmente, hay un museo especial con todo tipo de presentaciones audiovisuales. Otra fecha para marcar en la agenda: a finales de febrero y principios de marzo se celebra cada año el mundialmente famoso Festival de Flamenco de Jerez.
Para los aficionados a los caballos, Jerez es una especie de lugar de peregrinación. Pueden elegir entre nada menos que 60 cuadras donde se pueden admirar los nobles caballos andaluces. Además, todos los jueves de la semana hay actuaciones de los caballos en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Allí también se llevan a cabo entrenamientos en disciplinas como doma y conducción de carruajes. Para otros días de la semana se pueden comprar entradas por separado.
Mi visita a Jerez ya ha terminado. He disfrutado del flamenco y los espectáculos ecuestres. Pero probar jerez no es algo que me guste como flamenco.
Y quiero concluir esta historia con un dato curioso sobre nosotras, los flamencos. Quien visite salinas siempre nos verá con una pata en el agua y la otra recogida. Eso es únicamente para mantener una temperatura corporal equilibrada. La pata en el agua se enfría y la otra se calienta. El beneficio adicional es que, si nos quedamos un poco atascadas en el lodo, la segunda pata ayuda a soltar. Así que, gente: no somos tan tontas como parecemos.
